La excesiva explotación de las tierras de cultivo y las necesidades de cosechas, han provocado un excesivo uso de abonos y fertilizantes químicos, que como resultado final empobrecen gravemente el suelo, produciendo deficiencias de vida microbiana, humus y mullimiento del terreno, con la consiguiente pérdida de fertilidad del mismo. Una respuesta a estos problemas seria el uso de abonos y materias orgánicas con los que conseguiremos por medio del uso adecuado cosechas de mayor calidad y disminuir de forma efectiva el impacto que causamos al medio ambiente.
Con este artículo vamos a intentar repasar los productos naturales que podemos utilizar para fertilizar nuestros campos de forma ecológica.
Contenidos que encontraras en este artículo
Definición de abono
Podríamos considerar como abono cualquier tipo de sustancia que pueda aportar nutrientes al suelo y mejoren su fertilidad y características, químicas, biológicas y físicas. Con el fin de aportar los nutrientes necesarios de una forma fácilmente asimilable por las plantas para un mayor crecimiento y producción.
Abono orgánico
La definición del abono orgánico sería toda sustancia que se añade al suelo y que aporte nutrientes que únicamente procedan de materiales carbonados de origen animal o vegetal, si bien se contemplan como orgánicos los provenientes de la síntesis, como la urea o los aminoácidos. En comparativa con los fertilizantes minerales, el abono orgánico no contiene tantos nutrientes, pero si nos aporta muchos beneficios para el suelo.
Aun siendo productos de origen totalmente natural, la administración pública obliga a someterlos a un proceso de elaboración o tratamiento especifico para poder ser comercializados. Esta normativa tiene el fin de controlar los posibles riesgos tanto para la salud humana como para el medio ambiente y contempla desde su obligación de ser biodegradables hasta el nivel máximo de metales pesados y carga microbiana.
Abonos de origen animal
Estos abonos se obtienen fundamentalmente a través de los desechos de la industria alimentaria y en su mayoría están compuestos por sangre, pescado, cuernos tostados, etc. También podemos encontrar abonos de origen animal en los lodos provenientes de la depuración del agua.
Estos abonos al descomponerse muy lentamente ofrecen un aporte de nitrógeno constante a la vez que ayudan al suelo a aumentar su microflora.
Abonos de origen vegetal
Provienen de residuos o desechos vegetales no necesariamente en forma de compost. Estos abonos aportan una gran cantidad de nitrógeno, calcio y fósforo a los cultivos
La plantación de leguminosas ayuda sobremanera el enriquecimiento del suelo, ya que sus raíces a través de las bacterias Rhizobium ayudan a fijar el nitrógeno.
Tipos de abonos orgánicos
Los tipos de abonos orgánicos se dividen en función de su contenido en nutrientes principales. Y podrían definirse como:
- Abonos nitrogenados.
- Abonos fosfatados.
- Abonos ternarios NPK.
- Abonos binarios NP y NK.
Abonos orgánico-minerales
Se definen como Abonos órgano-minerales los que proceden de la combinación de los abonos orgánicos con abonos inorgánicos o minerales.
Estos se dividen dependiendo de su contenido de nutrientes:
A la vez estos cinco grupos se divide cada uno en dos, los de su forma de presentación que puede ser liquida o solida.
Enmiendas orgánicas
Las enmiendas orgánicas tienen el fin de mejorar la estructura y composición del suelo, ajustando el pH y la disposición de nutrientes. Principalmente su función es generar humus para mejorar la fertilidad del suelo.
Podemos contemplar varios tipos de enmiendas orgánicas en función de la materia prima utilizada en su elaboración.
Enmiendas húmicas
Se utilizan para aportar al suelo los compuestos húmicos, y su origen proviene fundamentalmente de materia orgánica de tipo sedimentario como las turbas, lignitos y leonarditas. Si bien, también se obtienen de la transformación de restos vegetales o animales.
Las enmiendas húmicas actúan de forma beneficiosa en el crecimiento de las plantas debido a que sus ácidos producen la reacción de intercambio catiónico en los suelos, previniendo la erosión.
Si bien su mayor aporte a los cultivos es facilitarles la disposición de los micronutrientes ya que se completa con el manganeso, el zinc, el cobre y el hierro, a la vez que mejora la absorción de los nutrientes primarios.
Las enmiendas húmicas se clasifican en función de su solubilidad en ácidos y bases, pudiendo ser de tres tipos: ácidos húmicos, ácidos fúlvicos y huminas.
Turbas
La turba se genera debido a la degradación bioquímica de los materiales vegetales y podríamos decir que es la primera etapa del proceso en el que la vegetación se transforma en carbón mineral debido a la putrefacción y carbonificación de la vegetación en el agua ácida de humedales, pantanos o marismas.
Las turbas nos ofrecen un gran contenido en materia orgánica y su mayor ventaja es la recuperación de suelos degradados. Aunque también se utiliza como materia prima para la fabricación de sustratos y como enmienda orgánica natural.
Pueden ser de dos tipos según las condiciones de formación:
Turberas bajas o “eutróficas”. Poseen una gran cantidad de nutrientes
Turberas altas u “oligotróficas”. Muy escasa en nutrientes.
También se clasifican por las especies vegetales de las que proceden en:
Turba herbácea o turba negra. Formada por caña común y carrizos. Se originan en las turberas bajas que suelen formarse en zonas de llanura con aguas estancadas, y poseen un gran contenido en materia orgánica.
Turba de musgo o turba rubia. Se originan en zonas muy frías, de gran altitud, y de elevadas precipitaciones.
Compost
El compost se obtiene mediante un proceso biológico denominado compostaje que controla la fermentación de materiales de origen orgánico como los residuos vegetales, agropecuarios, lodos de depuración, etc. Se utiliza como abono de fondo o enmienda para el suelo, siendo una buena alternativa al uso de los fertilizantes químicos.
El proceso de compostaje se produce en dos fases, una primera donde la actividad microbiana es muy intensa y la segunda también llamada de estabilización o maduración donde el empobrecimiento de los residuos biodegradables ralentiza la acción de las bacterias.
La clasificación del compost se realiza según la materia prima utilizada para su elaboración y puede ser vegetal o de estiércol. En todo caso posee un gran contenido de materia orgánica que suele estar entre un 35-45%.
Es importante a la hora de aplicar compost que éste esté los suficientemente maduro ya que de lo contrario podría disminuir el nivel de oxigeno en la zona radicular, así como bloquear el nitrógeno en forma mineral existente en el suelo.
Subproductos ganaderos
La industria ganadera nos ofrece una serie de desechos que una vez tratados se convierten en ricas fuentes de humus. Si bien todos provienen de los excrementos del ganado dependiendo de la especie de procedencia, su grado de disolución y la presencia de cama en su composición, se pueden dividir de la siguiente forma:
Estiércol
El estiércol es un fertilizante orgánico que proviene de la fermentación de los excrementos de animales tanto sólidos como líquidos junto con materiales vegetales, que son los que se extienden por el suelo del establo como cama para el ganado.
La calidad del estiércol para la generación de humus varía mucho, ya que depende de muchos factores como la especie animal del que procede, la alimentación, del sistema de explotación, del tipo y cantidad de la cama, su grado de fermentación, etc.
La aplicación de estiércol muestra muchos beneficios para el suelo como aumentar su porosidad y la retención de agua. Por otro lado, su alta concentración en microorganismos produce transformaciones químicas en el terreno que mejoran su estructura.
Si bien el estercolado tiene muchas ventajas, hay que tener en cuenta en utilizar solamente las cantidades necesarias bien para corregir los déficit de humus o simplemente para conservar su nivel. Si utilizamos estiércol en exceso aumentaremos el pH y la salinidad del suelo.
Purín
Podríamos considerar como purín cualquier residuo de origen orgánico con capacidad de fermentar para ser utilizado como abono. Podríamos distinguir varios tipos:
Purín animal
Se obtiene de los líquidos obtenidos por los desechos de animales domésticos (principalmente orina) y de la lixiviación del estiércol. Los purines no aportan gran cantidad de materia orgánica por lo que su uso está más enfocado a pequeñas aportaciones y no como enmiendas.
Lissier o Estiércol semilíquido
El Lissier se llega a confundir con el Purín y si bien el origen son las deyecciones solidas y liquidas de los animales que han sido diluidas por las aguas de arrastre, el Lissier no tiene compuestos de materiales de cama y aporta más nutrientes que el Purín.
Purín vegetal
El purín vegetal es un término que se ha fomentado desde la agricultura biológica. Se denomina “purín vegetal” al producto resultante de la fermentación de algunas especies vegetales. Se suelen utilizar como activadores del suelo o como compost, aunque dependiendo de su maduración pueden incluso usarse como fungicidas, insecticidas o elicitores.
Las plantas más utilizadas para su elaboración son la ortiga, la symphytum o la valeriana. Su origen vegetal hace que el llamado purín vegetal sea muy fácilmente asimilable por las plantas, pero el exceso en su aplicación también conlleva un grave peligro para el medio ambiente.
Gallinaza
La gallinaza se obtiene de los excrementos de las gallinas mezclados con los materiales de sus camas.
La gallinaza posee un 20% de materia orgánica y un alto contenido en nitrógeno y calcio. Su elevada concentración de nitrógeno hace que sea muy agresiva. Por esta razón se suele compostar, equilibrando su mezcla con otros materiales orgánicos, incluso se le llega a añadir Potasio y Fósforo.
También es muy utilizada la Palomina, que es exactamente lo mismo pero aprovechando los desechos de las palomas.
Guano
El Guano se obtiene de la acumulación de excrementos de las aves marinas.
Los guanos de aves, del Perú y Mozambique, provienen de acumulaciones de deyecciones de aves marinas, y son un excelente abono orgánico, libres de contaminación. Este Guano se obtiene sobre todo en las costas del océano Pacífico de América del Sur.
Humus de lombriz
También llamado lombricompost o vermicompost. Es el resultado que se produce en la materia orgánica al mezclarse con los microorganismos, minerales y fermentos dentro de los intestinos de las lombrices.
El humus procedente de las lombrices es biológicamente muy activo y rico en bacterias. Los elementos minerales resultante tienen una gran velocidad de transformación en el suelo, en el que origina una rápida disponibilidad de elementos minerales y orgánicos para la planta, produciendo efectos activadores sobre el metabolismo microbiano y vegetal.
Residuos vegetales
Desde la antigüedad los labradores procedían a enterrar una serie de plantas en el suelo. Con esta acción conseguían rápidamente un humus muy rico en nitrógeno. Esto se conoce como abono verde.
Otra práctica habitual es crear en los meses fríos una cubierta vegetal con el fin de proteger el terreno de la erosión. Cuando llega el momento adecuado, estas cubiertas son enterradas convirtiéndose en abono verde.
Las plantas adecuadas para realizar este abono verde, deben de cumplir ciertas características:
- Cuando llega la hora de enterrarlas tienen que haber conseguido una buena proporción de materia seca y relativa lignificación.
- Capacidad nitrofijadora para enriquecer el suelo.
- Poca exigencia agrícola y poco consumo.
- Crecimiento rápido.
Residuos de cosechas
Una forma de devolver al suelo la materia orgánica de la cosecha anterior es enterrar los residuos de la cosecha anterior. Una práctica muy económica para restituir el equilibrio húmico del suelo.
Los restos muy ricos en agua y poco lignificados no generan excesivo humus pero si consiguen que el resultante se mineralice muy rápidamente.
Residuos urbanos
Los residuos urbanos o lodos de depuradora provienen de los núcleos urbanos. Cuya materia orgánica puede ser una gran fuente cuando se utiliza como materia prima. Estos residuos son de obligado tratamiento bien biológicamente, químicamente o de manera térmica. Se trata de reducir drásticamente su poder de fermentación y eliminar los problemas sanitarios que pudieran ocasionar su uso.
Con este artículo hemos querido plasmar la vital importancia que tiene el abono orgánico en nuestra agricultura, con el fin de conseguir un suelo fértil y aumentar la actividad de los microorganismos del mismo. Como ves existen muchas clases y tipos de abonos y materias orgánicas que aportan los nutrientes necesarios para que nuestros cultivos se desarrollen y produzcan de forma óptima.