Control de enfermedades fúngicas en otoño

por | 25 enero, 2018

En otoño, con la bajada de temperaturas y el aumento de la humedad por lluvias o nieblas, crea el ambiente más propicio para las enfermedades causadas por hongos y bacterias.

Los fungicidas sistémicos suelen ser la solución ideal, pero tienen el hándicap de su amplio plazo de seguridad en la mayoría de ellos y que necesariamente, ha de respetarse, con lo que no se pueden aplicar en cultivos que estén próximos a recolección. Aparte de no poder llevarse a cabo más de dos o tres aplicaciones con las mismas materias activas para no generar resistencias.

 

Enfermedades fúngicas de las plantas

Entre las enfermedades más frecuentes en otoño podemos encontrar:

 

Botrytis

Esta enfermedad se desarrolla con temperaturas cálidas y húmedas, entre 16° y 25°. Las lluvias o lloviznas o tiempo nuboso propio de estas fechas son ideales para que germinen sus esporas, esto sumado a que la fruta ya está madura aumentando la susceptibilidad hacia esta enfermedad.

 

Mildiu

El Mildiu encuentra su clima ideal cuando hay lluvias, muchos rocíos y nieblas persistentes, con temperaturas entre 20° y 26°, aunque se empieza a desarrollar a partir de 11°. Si bien es una enfermedad muy de primavera también encuentra en otoño una buena estación para infectar cultivos.

 

Antracnosis

Se desarrolla  idealmente en temperaturas entre los 20° y 26° y con lluvias o lloviznas este hongo encuentra su máxima comodidad para extenderse e infectar cultivos.

 

Moteado

El inoculo de Moteado se conserva en el suelo o en chancros de la madera, comenzando su actividad infecciosa cuando la temperatura ronda los 18° – 23ºC y las hojas están mojadas de 12 a 18 horas.

 

Plagas fúngicas en las plantas

 

Cribado, Septoriosis y Royas son otros de los hongos que acechan la salud de las cosechas.

 

Enfermedades Fúngicas de raíz

A nivel radicular, también es una época propicia para el desarrollo de enfermedades que conllevan pudrición radicular como por ejemplo Phytophthora, Pythium, Fusarium o Verticilium.


 

Fungicidas naturales y ecológicos

La lucha contra los hongos en los cultivos, no es solamente una batalla de  fitosanitarios, podemos encontrar en el mercado una serie de compuestos que no dejan ningún tipo de residuo, ni en el suelo ni en las plantas.

 

Secantes para reducir la humedad

Una de las mejores soluciones para los problemas de hongos y algunas bacterias es aplicar espolvoreos con productos secantes para reducir la humedad ambiental, sobre todo en invernaderos o mallas y por supuesto también al aire libre.

Al reducir la humedad en contacto con la planta o los frutos se reduce considerablemente la capacidad de reproducción de los hongos, además se puede combinar con otra gama de productos que mejoren la resistencia de la planta y con los de origen biológico que crean un antagonismo y efecto ‘barrera’ con el invasor patógeno.

 

Bacillus subtilis

Complementado esta estrategia podemos aplicar productos para aplicación foliar con base de microorganismos entre los que destaca el Bacillus subtilis por su eficacia contra podredumbres tanto aéreas como radiculares tales como Fusarium spp, Pythium spp, Phytophthora spp, Rhizoctonia solani, Sclerotinia spp, Verticillium dahliae, Botrytis cinérea, Alternaría y algunas mas.

El Bacillus Subtilis es una de las bacterias más estudiadas en el mundo por su actividad antifúngica debido a la síntesis de metabolitos peptídicos de acción antibiótica (gramicidina, surfactin, iturin, y fengycin). Su actividad antagonista se completa por su alta capacidad para colonizar la zona de la rizosfera (competencia espacial).

Es totalmente respetuoso con la fauna auxiliar lo cual lo convierte en una excelente útil en los programas de lucha integrada tanto en agricultura como en jardinería. Es inocuo para las personas y los animales, sin plazos de seguridad por lo que puede usarse en los periodos de recolección y está certificado para su uso en la agricultura ecológica.


 

Cobre contra los hongos

Como tercer aliado para combatir los problemas de hongos, tenemos los productos con cobre complejados para que sean sistémicos y cuya aplicación puede hacerse vía foliar o radicular. Este tipo de cobre en forma de gluconato, estimula la expresión de proteínas (PR’s) relacionadas con la resistencia a enfermedades.

El cobre defiende a la planta de anomalías derivadas de adversidades abióticas, ya que se favorece la síntesis de fitoalexinas, por lo que mejora el sistema de autodefensa de la planta.

La aplicación del cobre en forma de gluconato permite una liberación gradual de cobre y evita su acumulación en el suelo. Esta formulación no necesita altas dosis de producto para ser eficaz, lo que permite una reducción en residuos y posibilita la aplicación tanto foliar como radicular.

Además, destaca su fácil absorción por vía radicular y foliar, así como su asimilación, y rápida translocación a todos los órganos de la planta, por lo que podemos decir que actúa de forma sistémica, tanto ascendente como descendente.

 

 

Como hemos visto el otoño es una época ideal para la aparición de enfermedades fúngicas, cuyo control tiene que llevarse a cabo de la manera más eficaz y respetuosa posible para el medio ambiente.

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