La llegada de la revolución industrial también tuvo un gran impacto en la agricultura, podríamos decir que lo que hoy conocemos como agricultura ecológica se llevó a cabo hasta entonces.
La necesidad de cada vez mayores cosechas para rentabilizar al máximo los cultivos trajo consigo el uso masivo a la vez que indiscriminado de fertilizantes químicos, que han provocado que prácticamente todas las aguas tanto subterráneas como superficiales, se encuentren contaminadas. Esto ha producido un gran impacto en el ecosistema.
Por otro lado, la necesidad de controlar las plagas de forma rápida y económica llevó a la industria a producir productos muy tóxicos que han terminado afectando al ser humano y la fauna.
A todo esto le sumamos que solo se cultivan las plantas que ofrezcan un buen rendimiento económico, motivo que ha hecho prácticamente desaparecer muchas especies.
Como vemos los avances en el terreno de la agricultura, cuando han sido solamente utilizados para acrecentar el rendimiento económico de las plantas han traído muchos perjuicios al medio ambiente que afectan a todo el planeta.
Esta situación hace que cada vez más agricultores se planteen elegir el modelo de la agricultura ecológica, buscando el uso de técnicas y tratamientos respetuosos con el medio ambiente, buscando la sostenibilidad a largo plazo.
Contenidos que encontraras en este artículo
- 1 Definición de agricultura ecológica
- 2 La importancia del suelo. Practicas recomendadas
- 3 Trabajo del suelo
- 4 Tipos de parcelas de cultivo
- 5 El riego
- 6 Sistemas de riego
- 7 Riego por aspersión
- 8 Riego localizado
- 9 Diseño de la huerta
- 10 Utilizar las semillas adecuadas
- 11 Asociación y rotación de cultivos
- 12 Rotaciones de cultivos
- 13 Acolchado del terreno contra las malas hierbas
- 14 Técnicas de fertilización
- 15 Control de plagas y enfermedades
Definición de agricultura ecológica
Podríamos definir la agricultura ecológica como aquella que renuncia al uso de plaguicidas y fertilizantes sintéticos, utilizando en su lugar otros métodos para mantener la fertilidad del suelo y la disposición de los nutrientes necesarios, como pueden ser prácticas como la rotación de cultivos, la utilización de fertilizantes orgánicos, minerales o rocas sin transformación, y el control biológico de hierbas, enfermedades, plagas y parásitos.
Si decidimos llevar a cabo con nuestro huerto una agricultura orgánica, no significa que tengamos que renunciar a los avances que la industria nos ha facilitado en las últimas décadas, simplemente es renunciar a los productos nocivos para el medio ambiente a la vez que apostamos por una mejora del nuestros suelos a medio largo plazo.
Cuando nos decidimos por la agricultura ecológica, no solo recibiremos un beneficio desde el punto de vista económico, también estaremos invirtiendo en nuestro medio ambiente y su sostenibilidad.
La importancia del suelo. Practicas recomendadas
Podríamos decir que el factor más importante para la agricultura ecológica es el suelo. La fertilidad natural y un suelo saludable llevan consigo en gran medida el éxito de un cultivo ecológico.
El fin es obtener un suelo blando y esponjoso con la materia orgánica suficiente para alimentar a las plantas. Para ello debemos de llevar a cabo una serie de tareas para mantener y proteger su frágil equilibrio.
Métodos de labranza
Por norma general, en la agricultura convencional para preparar el suelo éste se voltea de manera profunda, enterrando de esta manera tanto las malezas como los restos de cultivo. Posteriormente se prepara el lecho de siembra.
Para mejorar este sistema podemos trabajar el suelo de manera invertida, donde se empieza a trabajar la tierra superficialmente y después de dejar un margen de tiempo se trabaja a más profundidad. De esta manera conseguimos que la vida en el suelo se vaya adaptando a las nuevas condiciones. Con esta práctica conseguimos agotar las malezas y aumentar la actividad biológica justo para el momento de la siembra.
Otro método es el de no trabajar la tierra, dejando que las raíces de los cultivos se descompongan en el suelo. De esta forma se forman en el suelo canales que favorecen la circulación de agua y aire.
Trabajo del suelo
En ocasiones en necesario el uso del subsolador, ya que debajo de la primera capa de terreno el suelo puede estar compactado e impedir la circulación de agua llegando a asfixiar a las raíces. Al favorecer la circulación del agua y la tierra estimularemos la actividad de los microorganismos y mantendremos su humedad y porosidad protegiendo el suelo de las inclemencias del tiempo y dando refugio a depredadores naturales.
El uso del subsolador debe de ser solo para casos puntuales y nunca tenemos que voltear las capas que componen el suelo. Ya que si lo hacemos nos encontraremos con situaciones donde la materia orgánica y el alimento de las plantas se alejan de las raíces y estas necesitan profundizar más en el terreno gastando mayor energía para alimentarse.
En agricultura ecológica debemos de trabajar solo la capa superficial ya que la materia orgánica y los microorganismos edáficos se concentran en la superficie y la actividad biológica se multiplica, lo que aumenta la porosidad y la estabilidad de la superficie.
Utilicemos la menor maquinaria posible
El uso de maquinaria agrícola como no puede ser de otra forma compacta el suelo, por lo cual tenemos que reducir estas prácticas al mínimo posible.
Trabajar el suelo solo con la humedad adecuada
Al trabajar un suelo demasiado seco o húmedo su estructura se rompe con facilidad. Por ese motivo, intentaremos trabajar en el suelo solo cuando las condiciones de humedad sean las adecuadas.
Restos de vegetación
Si dentro de nuestro terreno nos encontramos con el crecimiento de abundante vegetación podemos convertirla en fertilizante verde, lo ideal es triturar estos restos y añadírselos al terreno.
Fertilizar el suelo
A la hora de agregar compost o estiércol debemos de tener en cuenta que si es fresco necesita más tiempo de maduración para no llegar a quemar las semillas o plantas.
La materia orgánica fresca nunca se tiene que añadir profundamente en el suelo ya que al pudrirse lo dañaría.
Acolchado
Debemos de depositar en la superficie del suelo un compostaje duro o simplemente una capa de paja y de esta forma evitar la erosión manteniendo el suelo fresco y húmedo.
Tipos de parcelas de cultivo
Una vez que hemos procedido a preparar el suelo, tenemos que tener claro que tipo de parcela utilizaremos para nuestro cultivo.
Caballón
El Caballón es sin duda el más tradicional. Consiste en generar surcos y en sus crestas plantar los diferentes cultivos para evitar que las raíces se encharcaran. Este sistema se ha utilizado muy asiduamente por lo fácil que era regar a manta dejando correr el agua entre sus surcos. La aparición del riego por goteo ha hecho que pierda popularidad.
Era
Este método mantiene la superficie del terreno liso y al mismo nivel.
Bancales
Los bancales son una división de los terrenos en pequeñas parcelas de aproximadamente 5 x 1,2 metros, dejando pasillos entre los mismos. Esto nos permite trabajar la tierra sin necesidad de pisarla. Existen muchos tipos de bancales (profundo, elevado, flotante, etc.) cuya elección dependen del tipo de cultivo o del espacio disponible.
Para que el cultivo sea productivo, el espacio no debe desperdiciarse en amplios pasillos. Un ancho de unos 30cm promoverá un clima micro saludable, que ayudará a conservar la humedad.
El riego
Al igual que el suelo, el agua es vital para la agricultura. A la vez que alimenta a las plantas se involucra en su metabolismo, principalmente en las funciones de respiración, transporte de nutrientes y la fotosíntesis.
Las plantas absorben la mayor parte del agua a través de las raíces, aunque también absorben pequeñas cantidades por los estomas de sus hojas.
Por otro lado, la planta produce una transpiración que ayuda a la planta a regular su temperatura y favorecer la circulación de la savia.
Cuando las plantas no disponen del agua necesaria entran en estrés hídrico, donde los daños pueden ser irreparables para las mismas. Motivo por el cual hay que proporcionarlas el agua necesaria a la vez que intentamos aprovecharla al máximo.
Cuando procedamos al riego de nuestros cultivos, debemos de tener en cuenta que:
- En suelos con una inclinación de más del 3% la escorrentía del agua lo erosionará y arrastrará los nutrientes.
- Cubrir el suelo con un acolchado verde aumentará la retención de agua.
- Regar en los momentos y la cantidad necesaria.
- No regar los días de mucho viento.
Dependiendo del terreno debemos de tener en cuenta que en suelos arenosos tendremos problemas de fugas y en suelos muy salinos un riego excesivo provoca una acumulación de sales en la superficie que es fitotóxica para la planta.
Sistemas de riego
A la hora de administrar agua a nuestros cultivos, tenemos que conocer sus necesidades, para saber cuál es el método más efectivo para regarlas.
Por norma general podemos distinguir tres tipos de riegos cada uno de ellos con sus ventajas e inconvenientes.
Riego a manta o por inundación
Esta técnica consiste en inundar la zona de cultivo de manera controlada.
Consiste en regar toda la parcela donde se encuentra el cultivo, causando una inundación pequeña y controlada.
Esta técnica produce que solo se aproveche una pequeña parte del agua ya que el resto pasa a capas más profundas. También se pierde agua debido a la evaporación.
Riego por aspersión
Para este sistema se utilizan rociadores que producen gotas parecidas a las de la lluvia. Se suele utilizar para los cultivos de cereales y algunas plantas hortícolas. También se utiliza para la siembra mediante el uso de micro-aspersores.
Mediante esta técnica podemos potenciar la aparición de malezas y enfermedades fúngicas en cultivos sensibles.
Mediante este método se produce mucha perdida de agua sobre todo en días calurosos o de viento.
Riego localizado
Este sistema se basa en llevar el agua necesaria al punto justo donde la planta lo demanda. Existen varios métodos como el riesgo por goteo o el riego por gomas de exudación.
Este sistema es el más eficaz, ya que hace un uso muy eficiente del agua, si bien en su contra hay que decir que requiere un coste importante en la infraestructura.
Este sistema incluye ventajas como la fertirrigación con la que conseguiremos realizar las tareas de fertilización de forma mucho más rápida.
Diseño de la huerta
Debemos de tener muy claro qué especies vamos a cultivar y cuáles son sus necesidades para hacer un planteamiento adecuado de la huerta. Teniendo en cuenta que al final estamos condicionados por el espacio disponible y su ubicación no debemos de olvidar los siguientes aspectos:
Orientación. Tenemos que orientar la huerta hacia el sur, de esta forma aprovecharemos mejor la luz solar.
Ubicación de las plantas. Sembrar las plantas en la dirección de este a oeste para que no se produzcan sombras entre ellas.
Proteger del viento. Hay que conocer los vientos de la zona para proteger los cultivos lo máximo posible.
Utilizar las semillas adecuadas
Cuando procedemos a sembrar nuestra huerta debemos de tener en cuenta que es fundamental la calidad de la simiente. Por regla general, cuando se inicia un huerto se suele comprar la semilla en sus variedades comerciales. Pero sin duda una parte fundamental de la agricultura ecológica consiste en sembrar variedades locales. De esta forma cultivaremos variedades ya adaptadas a la zona, ampliando las garantías de éxito. Es aconsejable comprar semillas orgánicas a otros agricultores para evitar semillas tratadas.
Un semillero eficaz
Antes de plantar la semilla es necesario ayudarla a germinar mediante humedad, calor y oxigeno. Para realizar esta tarea es conveniente tener en cuenta:
- El sustrato ideal para el semillero sería mitad tierra y mitad materia orgánica (tierra negra).
- Enterrar la semilla a una profundidad de un centímetro.
- Distribuir homogéneamente las semillas por el sustrato.
- Para regarlas utilice un aerosol, una gran cantidad de agua no es recomendable.
- Aclarar los plantones cuando empiecen a germinar para evitar enredos.
- Una vez comiencen a germinar es conveniente etiquetarlas, indicando la fecha de siembra y la variedad.
- Una vez que las semillas han germinado, llega el momento de trasplantarlas a su lugar definitivo en la huerta.
Siembra en la huerta
También podemos sembrar directamente en la huerta, para eso es necesario que tanto el suelo esté en condiciones óptimas, como hacerlo en las condiciones de humedad adecuadas.
Esta siembra la podemos hacer bien en línea o sembrando en agujeros, dependiendo de la hortaliza.
Asociación y rotación de cultivos
La diversidad de las diferentes hortalizas que plantemos en nuestra huerta contribuirá al equilibrio del sistema. Muchos cultivos se complementan entre sí, lo que nos permite:
- Mejor rendimiento del suelo y del agua.
- Mejor rendimiento de las plantas.
- Mayor uso de suelo y agua.
- Minimiza la aparición de maleza.
- Reduce las enfermedades parasitarias.
- Menos erosión del suelo.
Aun así, es necesario saber que plantas se asocian correctamente entre sí porque no siempre lo hacen igual, dependiendo de la zona.
Rotaciones de cultivos
Podemos decir que el beneficio económico a largo plazo está ligado a una correcta rotación de los cultivos. Por lo cual hay que planificarla bien.
Su fin es evitar el agotamiento del suelo y mantener su fertilidad en el tiempo, equilibrando la nutrición de las plantas y corrigiendo las carencias de nutrientes. Por otro lado, conseguiremos que los cultivos refuercen sus defensas contra enfermedades y plagas.
Ventajas de las rotaciones de cultivos
- Mejorar el humus del suelo.
- Estimula la actividad de los microorganismos.
- Limita el desarrollo de parásitos y enfermedades.
- Favorece la diversidad y el equilibrio del sistema.
- Permite la posibilidad de alternar cultivosmás exigentes.
- Ahorro de fertilizantes.
Diseñando la rotación de cultivos
Por norma general, no tenemos que repetir cultivos e intentar alternarlos de las siguientes maneras.
- Cultivos de diferentes familias.
- Cultivos con raíces de diferente profundidad.
- Cultivos con diferentes nutrientes.
- Cada 2 años intentar plantar leguminosas.
Ejemplos de rotaciones
Coles, acelga, espinacas, puerro, cucurbitáceas, solanáceas. Especies con altos requerimientos (agregar compost semi-compuesto).
Zanahoria, remolacha. Especies con altos requerimientos (agregar compost descompuesto).
Cebolla, nabos, lechuga, achicoria. Plantas que no fatigan el suelo.
Garbanzos, frijoles, trébol. Son plantas que mejoran la fertilidad del suelo.
Acolchado del terreno contra las malas hierbas
El acolchado es la técnica que consiste en cubrir el terreno alrededor de la planta con diferentes objetos o materias para que no puedan crecer malas hierbas. Por otro lado, estos acolchados nos ayudan a proteger la erosión del suelo y mantener su humedad.
Para que el acolchado sea efectivo nunca lo enterraremos y deberá de cubrir totalmente el suelo, siempre es más aconsejable utilizar materiales densos. Esta práctica se debe de realizar principalmente en primavera y verano ya que es cuando las malas hierbas son más agresivas y el calor produce más evaporación en el suelo. En invierno en climas muy fríos, también ayudan a que el suelo y las raíces no se congelen.
El uso de plásticos, si bien muy utilizados en la agricultura convencional, al no permitir el paso del aire no son aconsejables.
Técnicas de fertilización
Cuando hablamos de fertilización en agricultura ecológica, nos referimos a poner a disposición de la planta todos los nutrientes que necesita para su desarrollo utilizando materia orgánica, que a la vez favorezca la proliferación de microorganismos beneficiosos para las plantas.
Esta materia orgánica no puede provenir de la síntesis química y podemos aplicarla en muchas formas diferentes.
- Abono orgánico.
- Abonos orgánico-minerales.
- Enmiendas orgánicas.
- Enmiendas húmicas.
- Turbas.
- Compost.
- Subproductos ganaderos.
- Residuos vegetales.
- Residuos urbanos.
Estos fertilizantes orgánicos, son ricos en muchos elementos (nitrógeno, fósforo, potasio, magnesio, zinc…) y logran proporcionar a las plantas una nutrición completa y equilibrada, a la vez que mejoran la estructura del suelo y desarrollan microorganismos.
Estos fertilizantes los podemos aplicar de diferentes formas:
Anterior al cultivo.Se aplica en la superficie, y se va a incorporaral suelo dependiendo de las labores que realicemos en el campo.
Superficie: Se aplica con el cultivo ya establecido. Se añade a la superficie del terreno.
Líquido: Se aplica mezclado con el agua de riego.
En el artículo Clases y tipos de abonos y materias orgánicas puedes encontrar más información sobre este tema.
Fertilización mineral
Cuando hablamos de fertilización mineral hay que recalcar que no es ni mucho menos tan importante como la fertilización orgánica. Tan solo se utiliza para algún tipo de corrección puntual.
En la naturaleza podemos encontrar diferentes compuestos y materias que pueden aportar al suelo sus elementos minerales:
Rocas silíceas
Rocas tan comunes como el granito o el basaltoson muy ricas en elementos minerales y oligoelementos como la sílice que otorga más resistencia a la planta contra parásitos y hongos.
La sílice también ayuda a aumentar el aroma de las frutas y verduras.
Carbonatos y sulfatos de calcio
Estos elementos son imprescindibles para el crecimiento y metabolismo de las plantas y si el suelo tiene un bajo contenido en los mismos hay que proporcionárselo. Sobre todo en suelo con bajo contenido de calcio o ácidos.
Lo ideal es añadirlos en otoño, pensando ya en el siguiente cultivo.
Control de plagas y enfermedades
Para que una enfermedad o una plaga ataquen al huerto es necesario que se cumplan tres factores:
- Que las plantas sean susceptibles al ataque.
- Que el Agente patógeno se encuentre en abundancia y sea los suficientemente agresivo y virulento.
- Que el ambiente sea propicio para el desarrollo de la plaga o enfermedad.
Como vemos el ataque de una plaga o enfermedad es una suma de varios factores, para evitarlos podemos llevar a cabo una serie de prácticas:
- Dejar suficiente distancia entre las plantas para favorecer su ventilación.
- Intentar mantener el suelo húmedo.
- Rotar los cultivos ayuda a evitar que algunas plagas persistan.
- Si se inicia alguna plaga en las hojas (pulgón) arrancarlas rápidamente.
Cuando las medidas preventivas no han funcionado y las plagas o enfermedades ya están presentes podemos utilizar para combatirlas los principios activos de ciertas plantas. Esto se conoce como extractos de plantas.
Tratamientos ecológicos contra plagas
Existe una serie de tratamientos ecológicos contra plagas y enfermedades que debido a su amplitud trataremos con más profundidad en artículos posteriores.
Esperamos que esta pequeña guía para iniciar un huerto ecológico te haya servido de ayuda y que te anime a iniciarte en este tipo de agricultura, sin duda llena de beneficios entre ellos el económico.