A través de esta guía sobre los herbicidas y su uso, pretendemos dar a conocer conceptos fundamentales y los diferentes tipos que podemos encontrar en el mercado. El uso de estos productos herbicidas conlleva una serie de grandes ventajas, pero también hay que conocer los riesgos que su mal uso pueden producir contra el medioambiente y los seres humanos.
Contenidos que encontraras en este artículo
Que son las malas hierbas
El uso de herbicidas tiene como fin la erradicación de las malas hierbas que afectan a los diferentes cultivos, ¿pero que entendemos por malas hierbas?
Podríamos describir las malas hierbas como aquellas plantas que crecen de forma indeseada en los campos de cultivos. Pero además cumplen con otra serie de requisitos:
- Poseen una capacidad de dispersión muy grande.
- Resistencia y persistencia.
- Compiten con los cultivos por el agua y los nutrientes.
Estas cualidades consiguen afectar a nuestros cultivos de diferentes formas:
Cosechas menos productivas, al tener que competir con las malas hierbas por los recursos disponibles.
Dificultad para recolectar, al dificultar esta tarea por la gran cantidad de malas hierbas.
Costes de producción más altos, ya que su erradicación nos produce un gasto.
¿Qué es un herbicida?
Podríamos definir como un herbicida a todo aquel compuesto (mayoritariamente de origen químico) que impide mediante la alteración de los procesos biológicos naturales de la planta, su crecimiento o desarrollo, con el fin de erradicarlas del terreno de cultivo.
La aplicación de fitosanitarios herbicidas se suele realizar en solución o suspensión acuosa. Teniendo el ingrediente activo una concentración de entre un 0,1 a un 10% generalmente. Dependiendo del tipo y el producto su aplicación se suele ser de entre 100 hasta 400 litros por hectárea. No obstante podemos encontrar productos con concentraciones mucho más altas y aplicaciones que no necesitan tanta cantidad.
En el mercado podemos encontrar una gran gama de herbicidas, los cuales se clasifican de diferentes maneras según:
Tipo de acción
Dependiendo de si actúa contra todas las malas hierbas o lo hace contra alguna especie en concreto. Estos últimos son los denominados herbicidas selectivos.
Modo de aplicación
Según los apliquemos al terreno o a las hojas.
Los herbicidas residuales son los aplicados al suelo, actúan al producirse el contacto con los nuevos brotes de malas hierbas, lo que hace que no sean efectivos sobre aquellas que ya se han desarrollado.
Los herbicidas foliares son aquellos que afectan a la planta que son rociadas con el mismo. Estos pueden ser de dos clases; de contacto (solo afectan a las hojas y el tallo donde se aplican) o sistémicos (son absorbidos por la planta y se trasladan a través de la misma hasta la raíz).
Momento de aplicación
Dependiendo de las necesidades o el momento en el que se realizan en relación al ciclo del cultivo:
Herbicida de presiembra. Este tipo se utiliza antes de la siembra, con el fin de erradicar cualquier tipo de mala hierba existente.
Herbicida de preemergencia. Utilizado en situaciones donde con anterioridad hayan brotado malas hierbas con el fin de impedir su nuevo desarrollo.
Herbicida de postemergencia. Cuando a pesar de los procesos de erradicación de las malas hierbas estas se desarrollan, se procede a la utilización de este tipo de herbicidas.
Sustancia activa
Teniendo en cuenta las malas hierbas que tiene que combatir, podemos encontrar productos específicos según su sustancia activa.
Tipo de cultivos
Dependiendo de la sustancia activa, su registro legal y su aprobación, podemos encontrar el indicado para cada tipo de cultivo.
Para la comercialización de un herbicida tienen que estar registrados y aprobados los datos y pruebas pertinentes que demuestren su seguridad, tanto para el medio ambiente como para los cultivos autorizados para su tratamiento.
Riesgos producidos por el uso de herbicidas
El uso masivo de herbicidas o su incorrecta aplicación produce un daño importante al medio ambiente y consecuentemente a los cultivos, con el riesgo que esto supone para el ser humano y las diferentes especies tanto vegetales como animales.
Las mayores consecuencias que nos podemos encontrar son las siguientes:
Erosión de los suelos
Al destruir la cubierta vegetal, el terreno queda expuesto a la erosión producida por el viento y el agua.
Contaminación de las aguas
El uso inadecuado de herbicidas combinado con la erosión del suelo, produce que estos productos lleguen a contaminar las aguas, tanto superficiales como residuales.
Peligros para el consumo humano
Una elevada aplicación de productos herbicidas cercana a la recolección, supone que los residuos existentes por estos compuestos no han desaparecido y se pueden encontrar presentes en los frutos en su momento de consumo.
Productos tóxicos
La aplicación de herbicidas requiere de una manipulación experta con unas precauciones básicas. La exposición a estos productos acarrea grandes riesgos para la salud. Entre otras precauciones es fundamental:
- Leer las indicaciones en las etiquetas de cada producto.
- Usar la ropa de protección necesaria y lavarla al terminar la labor diaria.
- Eliminar los envases vacios con seguridad.
- Limpiar adecuadamente tanques y aspersores.
- Llevar a cabo los tratamientos en el momento adecuado.
- Respetar los plazos de seguridad.
- No utilizar cerca de aguas residuales.
Aplicación de herbicidas
La aplicación de productos herbicidas tiene unas normas establecidas que se tienen que tener en cuenta bajo cualquier circunstancia. Si no se aplica con la tecnología necesaria, con los factores ambientales ideales y en los momentos adecuados, su efectividad se ve muy diezmada y sus resultados no serán los adecuados.
En las indicaciones de uso de cada uno de ellos advierten de la temperatura ambiental a la que tienen que aplicarse, ya que para su acción necesita como mínimo 12° C. También hay que observa que exista una humedad relativa del aire alta, ya que de no ser así, las gotas pulverizadas podrían secarse antes de llegar a las malas hierbas. Si no hay más remedio que aplicar los herbicidas con una baja humedad, existen productos coadyuvantes que evitan este problema, pero en contra, encarece la aplicación.
La fuerza del viento, también es un factor a tener en cuenta, ya que no se pueden realizar aplicaciones herbicidas los días de viento (más de 10 km/h) ya que el producto se dispersaría en las áreas cercanas e incluso en los cultivos que queremos proteger.
Nunca podemos llevar a cabo una aplicación de productos herbicidas cuando existan probabilidades de lluvia. Ya que esta lavara el producto, que terminara infiltrándose en el suelo y contaminándolo. En todos los productos viene el establecido el tiempo necesario para que sea absorbido por la planta, si se producen lluvias en este espacio de tiempo, el efecto no será el adecuado.
Siempre se recomienda realizar las aplicaciones bien a primera hora de la mañana o esperando al atardecer, para de esta forma evitar las horas más calurosas del día.
Control de malas hierbas con practicas ecológicas
Como ya hemos visto el uso de herbicidas conlleva una serie de riesgos. Motivo por el cual surge la necesidad de reducir al máximo su uso. Existen una serie de prácticas que nos ayudan a prevenir la aparición de malas hierbas y por lo tanto no depender de compuestos químicos.
Limpieza como prevención
El fin de estas premisas es conseguir que ninguna semilla de malas hierbas llegue a nuestros campos de cultivos, estas semillas se pueden encontrar mezcladas con las semillas de siembra o en los propios plantones, siendo conveniente su limpieza previa. Otra forma muy habitual por la que las malas semillas llegan a los campos es a través de la maquinaria agrícola, motivo por el cual hay que limpiarla concienzudamente sobre todo si ha estado trabajando en campos muy infectados.
El control de las malas hierbas en los márgenes es importantísimo, ya que éstas son la mayor fuente de semillas.
Rotación de cultivos
Cuanto más rotemos los cultivos en nuestro terreno más dificultad tendrán las malas hierbas de crecer en los mismos.
Cubiertas entre líneas
Podemos utilizar cubiertas de plástico negro entre las líneas de cultivo. Estas deben de ser totalmente opacas para que el sol no llegue a las hierbas invasoras y no puedan desarrollarse. Si bien esta medida no es del todo eficaz en especies perennes.
Escardado manual
Esta es la manera más eficaz de acabar con las malas hierbas, si bien no es productivo para grandes extensiones de terreno debido a sus costes en mano de obra.
Control biológico
Utilizado sobre todo en zonas húmedas. Consiste en introducir en el entorno patógeno o incluso insectos que ataquen directamente a las plantas indeseadas
Estos son algunos de los conceptos fundamentales sobre los productos herbicidas y su correcto uso te ofrecemos en nuestro blog de agricultura. Si te surge alguna duda, quieres ampliar la información o realizar cualquier tipo de comentario te invitamos a hacerlo a continuación.