Cuando tenemos pensado la creación de un nuevo huerto de árboles frutales, antes de empezar a cavar, sería aconsejable establecer una planificación exhaustiva. Es necesario conocer de antemano cuales son todos los factores que afectarán a nuestros árboles frutales, como el suelo, las características del terreno y hasta de los alrededores.
Los frutales son mucho más propensos a los rigores de la climatología y se ven muy afectados por el tipo de suelo en el que crecen que otras especies de árboles. Por ese motivo es necesario hacer un estudio previo y conocer todos los factores que les afectan para minimizar los riesgos.
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Analizar el terreno
Es importante observar el terreno. Ver si pueden existir zonas más expuestas al anegamiento o al secado, si el suelo está muy compactado, o si la capa superior es demasiado delgada. Sería conveniente cavar unos pequeños hoyos para observar la configuración del subsuelo.
Otro factor importante es contemplar la inclinación del suelo. Si existe una parte más baja, hay que tener en cuenta dos factores:
Por un lado debemos conocer que el aire frio es más pesado que el caliente, por lo cual, las nieblas se desplazan hacia abajo acumulándose en los terrenos inferiores. Asegúrese también de observar si existen zonas de sombra que impidan una descongelación rápida los días de heladas. Podríamos decir que de existir una inclinación, la ideal sería con orientación suroeste, ya que el huerto será bañado por los rayos del sol desde primera hora del día.
La inclinación del terreno también puede producir la abnegación del suelo. Tenemos que prever cómo dar salida al agua en caso de fuertes lluvias, si el terreno no se drena correctamente.
Replanteo del espacio
En este punto hay que recalcar la importancia de la distancia entre los árboles. Por un lado hay que calcular el espacio necesario para el desarrollo de los árboles cuando lleguen a su madurez y por otro la necesidad de dejar calles disponibles para el acceso de la maquinaria.
El patrón para trazar un huerto de árboles frutales es un tema muy amplio, con distintas opiniones, ya que no solamente influye el espacio, sino que la fertilidad del suelo tiene mucho que decir. En este artículo destacamos las dos más comunes:
Plantaciones a tresbolillo. Es una disposición muy popular, por explicarlo de alguna manera consiste en plantar los árboles en hileras, pero teniendo en cuenta que cada planta de la línea quede frente al hueco de la fila siguiente.
Este tipo de plantación permite plantar más arboles por hectárea y que la maquinaria pueda circular en varias direcciones. Pero a no ser que alejemos un árbol de otro (con la consiguiente pérdida de árboles por hectárea) al final cuando el árbol llega a su pleno desarrollo, puede entorpecer las labores de cultivo.
Plantaciones en rectángulo. En ésta situación, los árboles se plantan juntos en línea, dejando más espacio en la anchura del espacio que separan las diferentes líneas.
Este sistema permite aprovechar el terreno, y si bien solamente las operaciones del cultivo y el suelo pueden hacerse con maquinaria en dos sentidos, puede llevarse a cabo durante toda la vida de la plantación.
Cuando realizamos este tipo de plantación la orientación de las líneas debe de ser Norte-Sur, para que la iluminación de las dos caras del árbol sea uniforme.
Distancia mínima para plantar árboles frutales
Dependiendo de la especie hay que tener en cuenta la separación entre los diferentes arboles.
Por ejemplo un naranjo necesita entre 4 y 5 metros de espacio entre árbol u árbol, que es una medida razonable y suficiente para cualquier tipo de frutal, aunque depende de la poda que tengamos que efectuar.
Es importante tener en cuenta la distancia de arboles a linderos, ya que tendremos que conocer las ordenanzas locales e incluso las costumbres del lugar. Pero por regla general es necesario dejar 2 metros si son arboles altos o 50 cm si se trata de arboles pequeños o arbustos.
Las variedades ideales
Cuando nos decidimos por un tipo de cultivo, es necesario conocer las diferentes variedades. Cada una de ellas, madura en un momento diferente, y es aconsejable repartir la producción a través de toda la temporada. Por ello, siempre es aconsejable incluir variedades tempranas y tardías, para no concentrar todas las labores y recolección en muy pocas fechas.
Otro concepto que tenemos que manejar es la fecundación, ya que hacen falta variedades que actúen como polinizador.
Plantación de los arboles
Cuando adquirimos los árboles, generalmente suelen estar en estado latente y con la raíz desnuda, ya que es el momento ideal para transportar la planta. Si no lo podemos plantar inmediatamente, podemos mantenerlos en cubos de agua durante una semana. Si es necesario esperar más tiempo, es conveniente plantarlos temporalmente en una maceta.
Generalmente la plantación suele efectuarse en los momentos que los árboles están en estado latente (entre noviembre y marzo aproximadamente) pero siempre evitando las condiciones de heladas, suelos encharcados o sequias.
Si queremos comprobar algo tan importante como la retención del agua por el terreno, podemos cavar un hoyo con la profundidad necesaria para la plantación del árbol, y a continuación verter agua en el mismo. Si vemos que el agua drena en pocos minutos, el árbol se enfrentará al secado de sus raíces en épocas de sequia. Si por el contrario tarda más de 15 minutos en drenarse, probablemente el suelo se saturará de agua en condiciones de lluvias persistentes. Esto nos indica que el suelo necesita mejorarse, bien mediante tierra de calidad, arcillas pesadas, grava o incluso arena, dependiendo de las necesidades.
Una buena forma de preparar el suelo es cultivar patatas el año anterior, ya que éste cultivo rompe la estructura del suelo de manera muy eficaz.
En plantaciones muy expuestas al viento, es necesario guiar la planta, el método más económico suele ser mediante la utilización de estacas o bastones. Es conveniente hacerlo antes de plantar el árbol, ya que si lo hacemos después podemos dañar las raíces o compactar el suelo.
Muy importante a tener en cuenta es la realización los agujeros en el terreno de forma mecánica, ya que la maquinaria puede compactar el suelo.
Una vez plantado podemos aplicar mantillo alrededor de la base del árbol, con esto conseguiremos aportar nutrientes de liberación lenta, retener la humedad del terreno y reducir la competencia con las malezas.
Árboles a raíz desnuda
Cuando plantamos arboles con raíz desnuda es conveniente sumergir la misma en agua durante las horas previas a su plantación, así nos aseguraremos de que está bien regado.
Es conveniente planta el árbol justamente con la misma profundidad que se encontraba en el vivero. Intente que las raíces queden colocadas de forma uniforme, con cuidado de rodearlas uniformemente de tierra. Una vez plantado podemos apisonar el suelo para eliminar burbujas de aire, pero con mucho cuidado de no compactarlo.
Árboles en maceta
Al plantar un árbol desde una maceta, prácticamente lo podemos hacer a lo largo de todo el año, pero siempre evitando los meses de verano.
Antes de sacarlo de la maceta, hay que asegurarse de que está bien regado, para evitar posibles daños a las raíces.
Este sistema solo se suele indicar para suelos de gran calidad, en caso contrario hay que supervisar el crecimiento de las raíces si se han extendido más allá de la tierra inicial. Cuando las raíces no consiguen penetrar en el suelo adyacente y romperlo, en épocas de lluvias el agujero se llenará de agua.
Cuidados posteriores
Durante los primeros años, es fundamental retirar la vegetación que crece alrededor del tronco del árbol, ya que competirá con el mismo por el agua y los nutrientes. Los árboles jóvenes necesitan (especialmente durante el primer año) ser regados con regularidad y una gruesa capa de mantillo alrededor para mantener la humedad, aunque en este punto existen otras muchas posibilidades.
Fertilización en las primera etapas
Vamos a partir de la base que los viveros que cultivan las diferentes especies, han realizado en los arboles diferentes programas de fertilización, motivo por el que muchos aficionados a la jardinería consideran que hay que aplicar una alimentación mínima.
Antes de realizar la plantación ya habremos trabajado los nutrientes del suelo. Si el árbol crece de forma satisfactoria, significa que hemos realizado una buena labor previa, si por el contrario su crecimiento y rendimiento es pobre, aconsejamos tratar con fertilizante alto en nitrógeno.
A grandes rasgos estos serian los aspectos a tener en cuenta para la plantación de árboles frutales, si bien nos hemos centrado en el momento de la plantación no entrando en los diferentes sistemas de cultivo, los cuales abordaremos en próximos artículos.
No obstante si tienes alguna duda o puedes aportar tu conocimiento a éste artículo, te invitamos a hacerlo a través de los comentarios.